Doubts [Privado Elizabeta]

La Chica se sonrojo ante la reverencia. Si bien amaba la formalidad de su "Relación" Señorito~Caballero, la ponía un poco nerviosa ese tipo de acciones por parte del Joven, de cierta manera también hubiera deseado que hubiesen mas libertades entre ambos, aunque solo lo lograría cuando fueran amigos ¿Lo eran?
-Jeje, eso es lo que usted dice -Rió irónicamente -Pero en fin, el sólo hecho de pasar la navidad con usted me hace muy feliz. Aunque habría que ver un lugar, y que estaremos con Santa Tino Claus ¿Donde nos la pasaremos? No creo que en mi casa aya problema, pero no se si ustedes acepten, supongo que deberíamos conversarlo también con el pequeño, de seguro se pondrá muy contento -Sonrió -¿Ha hablado usted con el antes, No?

-¿Que si conozco a Tino? -rió, recordando al pequeño- Es un chico adorable, he de tener bastante afinidad amistosa con aquel pequeño -le sonrió- Y sería un total agrado el pasar una navidad con él, deberíamos hablarle. Sinceramente, estoy muy feliz de poder pasar la navidad con personas como ustedes -volvió a sonreir, reflejando en aquellos orbes violetas toda su gratitud-

-Oh! ya me lo temía -Rió -Entonces seguramente es usted el Sempai del que tanto habla, el lo admira mucho, Señor, disfruta charlando con usted -Sonrió divertida -Aunque yo le advertiría que el chico suele ser algo hostigoso, si se encariña con usted comenzará a comportarse como un cachorrito y no lo dejara tranquilo en ningún momento -Rió nuevamente -Fuera de eso, es un chico muy amoroso, estará encantado de pasar las fiestas con usted.

- ¿De veras me admira? -miró a la chica, con cara un tanto sorprendida- Pues yo pienso que ese pequeño será abogado cuando crezca, su capacidad para explayarse con la gente le ayuda bastante, créame -Lo dice porque el austriaco es 20 veces más tímido y poco sociable que el menor- El gusto será mío de pasar las fiestas con alguien tan adorable como él -agregó-

-Oh! por supuesto que lo admira -Sonrió -Como no hacerlo! -Pausa -Abogado? Bueno, supongo que puede que tenga razon, digo, el chico es bastante directo, indiscreto y se fija en aquellos detalles que los demas no notamos, sin embargo, supongo que es un trabajo demaciado serio para el.

Se quedo obserbando la rosas.

-Bueno, de cualquier modo... tal vez no sean tan malas fiestas despues de todo... ¿Le pregunte que deseaba para navidad? si ya lo hice, disculpeme, creo que mi memoria no esta muy bien este día, espero no haber olvidado nada importante hoy -Curvó la comisura de la boca en signo de duda.

-asintió- Tiene muy bien habla, eso es lo esencial para poder aspirar a ser un gran abogado -rió suavemente ante el último comentario de la húngara- Puede que sea muy serio, pues ahora es muy pequeño, y tiende a ser un tanto infantil... Pero tengo fe en que el chico crecerá, seguirá teniendo aquella actitud, pero madurará, y aquel será el día en el cual pueda hacerse responsable de aquella complicada profesión -dijo, con seguridad- Después de todo, el pequeño no tiene nada, absolutamente nada de tonto -le sonrió-

- Créame que esta conversación ha sido tan interesante, que también lo he olvidado -rió, de manera sutil- Para navidad... Me gustaría un Violín, o un violoncelo -dijo, pensando en el cariño que le tenía a los instrumentos-

-Bueno, si, no habia pensado en el hecho de que algun dia crecera -Hablo con nostalgia -Hasta el momento pensaba que seria pequeño por siempre. No quiero que cresca!!! -Exclamo con fingida angustia.
-Somos mas grandes cada día... No habia pensado en ello antes, no me imagino abandonar el instituto, es mi unico hogar... creo que morire en un par de años -Reflexionó

-rió, palpando suavemente el hombro de la húngara- Sinceramente, a mi tampoco me gustaría que creciera, tiene aquella inocencia que lo hace agradable de conocer -agregó- Es como un hermano pequeño, aquel hermano que todo el mundo quisiera tener -sonrió-
Realmente, cada día vamos creciendo más y más, y siendo sincero, la idea de seguir después del instituto, mi carrera de músico me inspira cada día más, pero de ser así, también tendré que asumir que estaré solo... -pausó- A menos que mi fiel caballero me acompañe en mis melodiosas travesías -le miró de frente, con una educada sonrisa-

-He dicho "Por siempre y para siempre"... Es mi promesa hacia usted, Mi Señor. -repuso seria -De ser necesario pactaría con sangre este juramente de lealtad que me ata a usted. No hay situación que pueda hacerme cambiar de opinión, ni siquiera una orden suya. -Hizo una pausa -A pesar de todo... su usted me lo pidiera, yo no podría negarme en dejarlo una vez que se aburra de mi -Le devolvió la fija mirada.

-El austriaco rió de buena gana al escuchar a la húngara, sin querer burlarse, pero haciéndole saber que algo como aquello le sonaba imposible- ¿Aburrirme de usted? Por favor, solo un idiota se aburriría de tan buen caballero, me considero afortunado en poder enseñarle todo lo que sé para poder convertirle en el caballero más honrado de la historia -le sonrió- Me basta y me sobra con que me lo diga con sus propias palabras, y yo ya me proyecto una vida entera junto al caballero más honrado de la historia -habló serena mente, sin dejar de mirar fijamente a la húngara-

La Chica se sonrojo... Pero intentó recuperarse, no podía permitirlo, era ella el caballero, como sonrojarse ante algo como eso.

-Ah, Bueno -Realmente ya no sabía que que decir -En tal caso, cada uno queda en las manos del otro -Desvió rápidamente la mirada, aquello la superaba.

Se quedo quieta unos instantes, pensó en la resiente conversación ¿Que haría?

-No me arrepiento, ni me arrepentiré de nada... Pero mantener la postura me agota... Lo siento -Susurro finalmente con un hilo de voz.

-El pelinegro no entendió muy bien a lo que se refería la chica, y aquel hilo de voz terminó por preocuparle. Podía ser que aquella simpática chica se sentía mal, o que el austriaco había dicho algo indebido- No es necesario que la mantenga -le respondió- ¿Qué quiso decir con aquella última frase? -volvió a preguntar, un tanto curioso. Realmente no deseaba que algo malo le pasara a la ojiverde-

Supiró -Ah... no es nada Mi Señor... no se preocupe -Siguió con la mirada fija en el suelo -Es solo para que vea que su Caballero es muy debil... En batalla no se le compara, pero... -Hizo una pausa. -Soy muy impulsivo... le traere problemas tarde o temprano, no soy capaz de separar mis propios sentimientos del deber.

Metitó un poco.

-Sin embargo -Contunuó -Se que no hay en la vida otra cosa que yo desee mas que estar a su servicio -Levantó levemente la mirada para observarlo de reojo.

- Sonaré insistente, lo sé, pero es mi deber hacerle saber, que como su instructor, no es de mi total importancia los problemas que traiga, el que sea impulsivo no le impide ser un caballero, lo que importa es que si su deseo es realmente ser un caballero, tenga totalmente seguro, que cualquier problema será solucionado en conjunto -El austriaco realmente agradaba de estar en compañía de la húngara, era una excelente persona, y gente como ella no se encontraba en cualquier parte. Estaba dispuesto a ayudarla en todo lo que fuera necesario- Además, los sentimientos nunca han sido algo malo -agregó con una leve sonrisa en su rostro-

-Ah! eso lo dice usted sólo porque no entiende mi posición, aunque no pretendo que la entienda, sería algo bastante vergonzoso -Rió -Si bien, los sentimientos no son malos, pueden ser bastante molestos a la hora de cumplir mis obligaciones como Caballero de la corte de Austria... -Suspiró -Soy y seré un fracaso... esto me supera.

- No entenderé su posición, pero aún así, estoy dispuesto a ayudarle en lo que usted necesite -le miró fija mente a los ojos- No creo que sea un fracaso, hasta ahora está bien -le afirmó, no le gustaba ver a la húngara de aquella forma, siendo que realmente no era así-

-Esta bien, en fin... creo que ya se ha pasado un poco la hora -Miró el reloj que guardaba en su bolsillo -Tal vez ya sea hora de volver. Olvide hacer un par de cosas... e iré a ver al pequeño Tino antes de que comience a preocuparse.

Se levantó del lugar donde se había sentado y sacudió sus pantalones, estaba ya dispuesta a dejar la charla hasta allí. Por supuesto lo anterior sólo eran excusas.

-Podemos encontrarnos luego si gusta -repuso -Por ahora, pido permiso para retirarme.

Spoiler:

- Espere un momento -detuvo a la húngara, tomándola suavemente del brazo- ¿Me daría el honor de acompañarle hasta donde deba ir, Mi estimado caballero? -preguntó adecuadamente, antes de salir de aquel hermoso recinto. Realmente se comenzaba a preguntar si él podía ser una molestia para la húngara-

Spoiler:

Sorprendida ante la reaccion del joven no pudo darle credito a sus oidos... ¿Acaso alusinaba?

-Eh... -Dudo, cosa que no solía hacer naturalmente -E-Esta bien, si usted asi lo desea... yo no tengo inconveniente, por el contrario... Ademas, es usted quien da las ordenes -Sonrió nerviosa... le había mentido, en realidad no tenia nada que hacer, solo quería escapar, ahora tendría que inventar algo...

-miró de reojo a la chica y sonrió levemente, siguiendo a la chica a su lado, en silencio, a paso calmado, mientras salían de aquel hermoso lugar jamás visto por el pelinegro, hasta el lugar en el cual la húngara debía estar, según ella. Aquel silencio no le parecía incómodo, pero se notaba algo sepulcral en él-

Caminaba nerviosa sin saber que hacer, había inventado aquello sobre "tener algo aque hacer" Por lo que ahora debería buscar algo con que distraerlo.
"Tal vez puedo ir a hablar con Tino, Le dire al superior que debo pedirle algo" se decía, sin embargo, de inmediato hechaba al suelo sus propios planes "No, no puedo hacer eso, de seguro esta ocupado... ¿Que hago?"

Pensaba en cómo poder enmendar su mentira cuando recordó algo muy importante, algo que realmente debía hacer y que había olvidado.
"Gracias!!" Agradeció al cielo y luego se dirigió al Señorito:

-Esta bien, ahora debo ir a las oficinas a dejar un par de papeles sobre la tranferencia -Sonrió mientras caminaba delante de él. -Espero no le moleste aguardar un instante.

Se dirigió al casillero antes de ir a las oficinas.

-Caminaron silenciosamente hasta su destino, escuchó hablar a la húngara, y le respondió- Claro, no hay problema alguno, tómese todo el tiempo que usted desee, por mi parte no hay inconveniente alguno con aquello -dijo en un tono sereno, mirándola suavemente mientras se dirigía al casillero-